Rizartrosis: qué es, causas, síntomas y tratamiento

Dic 22, 2025 | Blog

fisio tocando la muneca del paciente

En Fisioterapia Kine llevamos más de 20 años tratando pacientes con rizartrosis en nuestras clínicas de Zaragoza. Esta patología, que afecta a la articulación trapeciometacarpiana en la base del pulgar, representa uno de los motivos de consulta más frecuentes en nuestra especialidad de fisioterapia traumatológica, especialmente entre mujeres a partir de los 50 años.

¿Qué es exactamente la rizartrosis?

La rizartrosis es una enfermedad degenerativa que afecta específicamente a la articulación entre el hueso trapecio y el primer metacarpiano, situada en la base del pulgar. A lo largo de nuestra experiencia clínica, hemos constatado que esta condición puede llegar a ser altamente limitante, ya que compromete movimientos esenciales como el agarre de pinza, la manipulación fina y actividades cotidianas tan simples como abrir un frasco o girar una llave.

Al igual que ocurre con otras formas de artrosis, el problema radica en el desgaste progresivo del cartílago articular. Este tejido, diseñado para permitir el movimiento fluido entre los huesos, se deteriora con el tiempo, dando lugar a cambios óseos (osteofitos), inflamación y dolor característico.

fisio tocando la muneca del paciente

Factores de riesgo que identificamos en nuestra consulta

En nuestras clínicas de Zaragoza hemos observado que la rizartrosis presenta un origen multifactorial. Los factores más determinantes que detectamos en nuestros pacientes son:

Envejecimiento y degeneración cartilaginosa: El paso del tiempo provoca un desgaste articular natural que, en articulaciones tan móviles como la del pulgar, se hace especialmente evidente.

Predisposición genética: Atendemos frecuentemente a varios miembros de una misma familia con problemas de artrosis en las manos, lo que confirma el componente hereditario.

Hiperlaxitud ligamentosa: Cuando los ligamentos son excesivamente flexibles o débiles, la articulación carece de estabilidad adecuada y sufre un desgaste acelerado.

Sobrecarga mecánica repetitiva: Profesiones o actividades que exigen fuerza constante del pulgar —como peluquería, carpintería, fisioterapia manual o trabajos de costura— incrementan significativamente el riesgo.

Traumatismos previos: Fracturas antiguas, esguinces o luxaciones en la base del pulgar que quizá no recibieron tratamiento adecuado en su momento.

Factores hormonales: La incidencia se dispara tras la menopausia, confirmando la influencia hormonal en esta patología.

Síntomas que nuestros pacientes describen habitualmente

En la primera consulta, los síntomas que más frecuentemente nos reportan incluyen:

  • Dolor progresivo en la base del pulgar que empeora con el uso de la mano
  • Pérdida notable de fuerza para agarrar objetos o realizar movimientos de pinza
  • Rigidez articular, especialmente por las mañanas o tras periodos de inactividad
  • Inflamación visible o protuberancia palpable en la zona trapeciometacarpiana
  • Dificultades funcionales para actividades como abrir frascos, escribir durante periodos prolongados, usar tijeras o manipular botones

En estadios avanzados, observamos deformidad progresiva del pulgar con limitación severa de la movilidad, lo que afecta considerablemente la autonomía del paciente.

fisio aplicando fisioterapia reumatologica

Cómo realizamos el diagnóstico en nuestras clínicas

El diagnóstico de rizartrosis que llevamos a cabo en Fisioterapia Kine combina varios elementos:

Exploración clínica detallada: Realizamos pruebas específicas como el test de Grind (compresión axial con rotación de la articulación) que típicamente reproduce el dolor característico. También evaluamos la fuerza de pinza, la movilidad y la presencia de crepitación articular.

Análisis de radiografías: Solicitamos estudios de imagen que nos permiten valorar el grado exacto de desgaste articular, la presencia de osteofitos y la reducción del espacio entre los huesos.

Historia clínica exhaustiva: Investigamos el inicio de los síntomas, la progresión del dolor, las actividades que lo desencadenan y el impacto funcional en la vida diaria del paciente.

Nuestro enfoque terapéutico: conservador versus postquirúrgico

En Fisioterapia Kine abordamos la rizartrosis inicialmente con tratamientos conservadores, reservando la cirugía únicamente para casos avanzados donde el dolor y la limitación funcional comprometen seriamente la calidad de vida. Nuestra experiencia nos demuestra que un tratamiento conservador bien estructurado puede controlar eficazmente los síntomas durante años.

Tratamiento conservador en Fisioterapia Kine

Nuestro objetivo principal con el tratamiento conservador es aliviar el dolor, mejorar la funcionalidad y retrasar o evitar la intervención quirúrgica. Si bien no cura la enfermedad, nuestra experiencia confirma que puede controlar los síntomas durante periodos prolongados.

sala de fisioterapia con camilla

Componentes de nuestro protocolo conservador:

1. Férulas y ortesis personalizadas

Utilizamos férulas tipo oponencia que inmovilizan parcialmente el pulgar, reduciendo la presión sobre la articulación afectada. Las prescribimos de forma intermitente o en fases de dolor agudo, adaptándolas a las necesidades específicas de cada paciente.

2. Manejo farmacológico coordinado

Trabajamos en estrecha colaboración con médicos para optimizar el tratamiento con analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), así como preparados tópicos que facilitan la aplicación directa sobre la zona afectada.

3. Infiltraciones terapéuticas

Aunque las realizan médicos especializados, coordinamos el momento óptimo para infiltraciones de corticoides o ácido hialurónico, integrándolas en nuestro plan de tratamiento fisioterapéutico para maximizar sus beneficios.

4. Fisioterapia especializada: nuestro pilar fundamental

Aquí es donde reside la esencia de nuestro trabajo en Fisioterapia Kine. Nuestro protocolo incluye:

  • Movilización articular suave y progresiva para mantener el rango de movimiento
  • Ejercicios específicos de fortalecimiento del pulgar y la musculatura intrínseca de la mano
  • Terapia manual avanzada para mejorar la biomecánica articular
  • Ondas de choque: Tecnología que aplicamos con excelentes resultados para reducir el dolor y estimular la regeneración tisular en casos de rizartrosis moderada a severa
  • Magnetoterapia: Utilizamos campos magnéticos pulsátiles que generan efectos antiinflamatorios y analgésicos profundos, ideal para fases agudas
  • Electroterapia analgésica: Aplicamos corrientes TENS y otras modalidades para control efectivo del dolor
  • Termoterapia local para relajar la musculatura periarticular y preparar los tejidos para la movilización
  • Reeducación funcional: Enseñamos estrategias adaptativas para realizar actividades cotidianas minimizando la sobrecarga articular

5. Modificación de actividades y ergonomía

Instruimos a nuestros pacientes en técnicas de protección articular, uso de ayudas técnicas (abre-frascos, engrosar mangos de utensilios) y adaptación de tareas repetitivas para evitar sobrecargas.

6. Ejercicio terapéutico complementario

En casos seleccionados, integramos pilates adaptado para fortalecer la musculatura estabilizadora del miembro superior sin sobrecargar la articulación afectada.

Ventajas del enfoque conservador

  • No invasivo y con mínimos riesgos
  • Especialmente efectivo en fases iniciales y moderadas
  • Puede retrasar la necesidad quirúrgica durante años o incluso evitarla
  • Preserva la anatomía natural del pulgar
  • Permite al paciente mantener su autonomía funcional

Rehabilitación postquirúrgica en Fisioterapia Kine

Cuando la cirugía se hace necesaria —típicamente tras procedimientos como trapecectomía, artroplastia con o sin interposición tendinosa, o artrodesis— nuestro papel se vuelve fundamental para garantizar una recuperación óptima.

Nuestro protocolo postoperatorio incluye:

1. Fase de protección inicial (2-6 semanas)

Durante este periodo la mano permanece inmovilizada. Nos enfocamos en:

  • Control del dolor mediante técnicas analgésicas no invasivas
  • Gestión del edema con drenaje linfático manual y vendaje compresivo
  • Prevención de complicaciones como rigidez en articulaciones adyacentes
  • Educación sobre cuidados postoperatorios

2. Fase de movilización temprana

Al retirar la férula, iniciamos:

  • Movilización articular suave y progresiva
  • Recuperación del rango de movimiento sin forzar los tejidos en cicatrización
  • Magnetoterapia para acelerar la consolidación y reducir la inflamación residual
  • Ejercicios de deslizamiento tendinoso

3. Fase de fortalecimiento progresivo

Según la evolución individual:

  • Ejercicios graduales de fortalecimiento muscular
  • Recuperación específica de la fuerza de pinza
  • Reentrenamiento funcional para actividades cotidianas
  • Electroterapia para estimulación muscular selectiva

4. Fase de integración funcional avanzada

En la recta final del proceso:

  • Ejercicios funcionales específicos según las demandas del paciente (laborales, deportivas, domésticas)
  • Reeducación biomecánica completa para evitar movimientos compensatorios
  • En casos seleccionados, pilates terapéutico para integración global del miembro superior